Stoner — John Williams
Stoner (1965) es una novela sin pirotecnia. John Williams (Texas 1922-1994) nos ofrece literatura en estado puro. Una historia humana, profunda y aparentemente sencilla, en las antípodas de la narrativa con “efectos especiales”.
Probablemente, lo más extraordinario de esta novela sea la inusual fuerza de lo anodino. Una potencia que se pone de manifiesto, al constatar como Williams te atrapa con las pequeñas derrotas y las irreversibles renuncias que jalonan la vida del profesor Stoner. Pero también… la de cualquiera de nosotros.
La novela cuenta las visicitudes de William Stoner. El hijo de unos granjeros pobres de Missouri que tras mucho esfuerzo, consigue dejar atrás la precariedad de sus ancestros para convertirse en profesor universitario. No obstante, la vida en el campus se transformará, para el taciturno profesor Stoner, en una burbuja desde la que verá pasar la Historia y en un lugar en el que siempre será un extraño. Tras una laboriosa vida académica, un matrimonio equivocado y algunas derrotas más, volverá al imperturbable estoicismo de sus orígenes.
Una de las cosas que más sorprenden es la construcción de la historia. Se desarrolla a través de una trama simple, sin puntos de giro espectaculares ni derrapes intrépidos pero con extraordinaria eficacia. Williams escribe con un tono monocorde y deliberadamente contenido, la vida predecible en un campus de provincias renuente al mundo.
Una de las cosas que más sorprenden es la construcción de la historia. Se desarrolla a través de una trama simple, sin puntos de giro espectaculares ni derrapes intrépidos pero con extraordinaria eficacia. Williams escribe con un tono monocorde y deliberadamente contenido, la vida predecible en un campus de provincias renuente al mundo.
No obstante, lejos de ser una novela aburrida, el resultado es fascinante. El autor logra introducirnos en los vericuetos de un hombre normal, para ofrecernos la esencia de la vida misma. Y hacer que algo, previsiblemente tedioso, resulte extraordinario, sólo se logra con grandes dosis de genialidad literaria. A Williams, le sobra.
Toda su novela está sostenida sobre una escritura formidable. Posee un estilo fluido, asombrosamente preciso y bello. La novela cuenta con algunos momentos maravillosos, como la epifanía de Stoner. Cuando el profesor Sloane se dirige al joven estudiante de agricultura, preguntándole: —“El señor Shakespeare le habla a través de trescientos años señor Stoner, ¿le escucha?”
John Williams escribió esta novela en 1965 y durante décadas fue ignorada, hasta que de pronto, la rescató la editorial de la New York Review of Books y posteriormente, en París, la editorial Le Dilettante. En España, ninguna de las grandes editoriales se fijó en ella y fue, con muy buena vista, la editorial tinerfeña Baile del Sol quien la publicó en 2010. Hoy se la considera una novela de culto. En cuanto a Williams, durante gran parte de su vida fue profesor universitario y un escritor alejado de las grandes ventas. Fue salvado del olvido gracias al boca a boca y a la reedición de sus obras aquí y allá, hasta llegar al reconocimiento actual.
En definitiva, esta novela es una incuestionable muestra de la mejor literatura. En tiempos de Netflix y HBO, y de lectores subyugados por las tramas frenéticas, Stoner suscita una gran pregunta: ¿no habría que volver a la novela en estado puro?, ¿a las historias que brotan de lo pequeño y singular, lejos de la agitación inconsistente de nuestro mundo y de nuestras vidas?
Edición: Baile del Sol, 2017
Edición: Baile del Sol, 2017
Páginas: 240
ISBN: 978-84-16320-99-8
Precio: 15,60 €
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